Es muy probable que alumnos y alumnas que en primaria eran estudiantes notables, se encuentren este curso con sus primeros suspensos, para sorpresa de ellos mismos y de sus padres. Estas "malas notas" pueden deberse a muchas circunstancias:
- Cambio en el sistema de trabajo
- Dificultad para adaptarse al nuevo grupo de compañeros
- Cuestiones biológicas (temas hormonales y neurológicos propios de la adolescencia)
Es ahora el momento de recordar que no debemos "castigar" por los suspensos, sino recordar que lo importante es valorar el trabajo diario y el compromiso con las obligaciones. Si vuestros hijos han trabajado de manera responsable y se han esforzado, no debemos ver estos "cates" como un fracaso, sino animarlos a seguir trabajando y, en cualquier caso, analizar qué ha podido pasar y cómo podemos superarnos, quizás tengamos que hacer cambios en el modo de estudio, o tengamos que buscar ayuda externa porque hay conceptos que les ha costado asimilar.
Y si creemos que estas malas notas son porque no ha habido un trabajo constante y eficiente, ¿qué esperábamos? No podemos sorprendernos, sino revisar esas rutinas que no se han hecho y enfocar el trabajo de cara a la siguiente evaluación con un nuevo plan de trabajo, con energías y con vuestro apoyo, recordad que siempre será más beneficioso un refuerzo positivo, sin olvidar que el objetivo no puede ser "aprobar" sino trabajar diariamente, el aprobado llegará sólo si hace el trabajo correcto.
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